terça-feira, 22 de maio de 2012

Queremos expressar a nossa alegria e, claro, agradecimento profundo a todas as pessoas que se empenharam para que esta Feira se realizasse com sucesso: professores, educadoras, pais, meninos e meninas, funcionários,  manas! Todos são pequenos e grandes missionários desta família, e tornaram possível esta grande partilha! ;) A disponibilidade e entusiasmo  de todos deu frutos e estes frutos vão apoiar as Missionárias e os MEL, especialmente, na missão que existe em Angola, mas também noutras onde seja necessário chegarmos pois as nossas Manas estão em muitos lugares e as necessidades existem! ;) OBRIGADA A TODOS!! Criamos possibilidades para que outros possam crescer "em Sabedoria e Graça" ao mesmo tempo que promovemos o nosso gosto pela leitura! BOM TRABALHO!!!

quarta-feira, 16 de maio de 2012

"Compartiendo Vida" - Barcelona, Maio 2012


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté con vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. (Jn 15, 9-ss)

Amamos a Cristo en la medida que guardamos sus mandamientos.

 En este pasaje evangélico, Cristo  vuelve insistentemente al tema de la Gracia que salva, diciendo: si dais fruto abundante, seréis mis discípulos y daremos gloria a Dios.
¿Quién  nos hace discípulos sino la gran misericordia de Dios?
Somos pues obra suya, Dios nos crea en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras.
“Como el Padre me ha amado –dice – así os he amado yo; permaneced en mi amor”.
Aquí está el origen de todas nuestras buenas obras, pues,  ¿cómo podrían ser nuestras, sino por la fe activa, en la práctica del amor? y  ¿cómo podríamos amar, sino hubiéramos sido amados  primero?
Lo dijo clarísimamente el mismo evangelista en su carta: “Nosotros amamos a Dios, porque Él nos amó primero”.
“Permaneced en mi amor.” ¿Cómo permanecer?
Escuchemos lo que sigue:     “Si  guardáis mis mandamientos permaneceréis en mi amor”. ¿Es el amor el que hace guardar los mandamientos o es la guarda de los mandamientos la que hace el amor? pero ¿es que puede dudarse de que es el amor el que precede?. El que no ama no tiene razón suficiente para observar los mandamientos. Por eso lo que sigue: “Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor”, muestra no  dónde se genera el amor, sino cómo se manifiesta, para que nadie se llame a engaño, diciendo que le ama, sino guarda sus mandamientos. 
 Y concluye con el también insistente mandato en los relatos de Juan:   “ Que os améis los unos a los otros , como yo os he amado”;  Amor de cruz, amor de entrega.
 Hay una visión preciosa al final del Cap. 15  de la carta a los Corintios, que dice que han de ser destruidas todas las esclavitudes que pesan sobre el hombre, y que cuando todas hayan sido destruidas, se destruirá la última, la muerte, y entonces Cristo entregará el reino al Padre, y será TODO en todas las cosas.  Es una visión lineal preciosa del progreso, basado en el Amor que nos renueva, haciéndonos hombres nuevos, herederos del  Nuevo Testamento, intérpretes de un cántico nuevo.
 Este Amor renovó a los justos patriarcas, a los profetas, a los apóstoles y ahora renueva a los gentiles, y hace de todo el género humano, extendido por el universo, un único pueblo nuevo:  LA IGLESIA, que escucha y guarda estas palabras.

            MAR   Barcelona

domingo, 13 de maio de 2012

A Caridade é a beleza da alma.

Poderá uma mulher feia... ficar bela se amar um homem belo? ... E, do mesmo modo, poder ficar belo o homem por amar uma mulher bonita? Ama-a, mas quando se vê ao espelho, envergonha-se de olhar de frente para a bela mulher que ama. Que fará para ser belo? Acaso esperará que lhe venha ainda a beleza? Mas, ao contrário, enquanto espera virá a velhice que o tornará ainda mais feio. Não há nada a fazer, e o único conselho que se lhe pode dar é que se afaste e, não estando à altura, desista de amar uma mulher que lhe é superior... A nossa alma, ó irmãos, é feia por culpa do pecado: mas torna-se bela amando a Deus. Qual é o amor que torna bela a alma que ama? Deus é sempre beleza, nunca se encontra n'Ele deformidade ou mudança. Amou-nos em primeiro lugar, Ele, sempre belo! E amou-nos quando éramos feios e disformes. (…) De que modo seremos belos? Amando-O a ele, que é sempre belo. Quanto mais cresce em ti o amor, tanto mais cresce a beleza; a caridade é, precisamente, a beleza da alma.
(S. Agostinho, In Io. Ep. tr., 9, 9)